viernes, 2 de septiembre de 2011

Sopa de arrapiezos III: la receta


Vimos en el capítulo anterior cómo circunstancias no del todo ajenas a mi voluntad (e indudablemente premonitorias en lo tocante a mi apasionado idilio con la gastronomía) me introdujeron en un enmarañado laberinto de cremas, papillas, consomés y guarniciones agrestes, en busca de algo que llegó a convertirse en mi particular Santo Grial: la genuina sopa de arrapiezos.

Quizá os decepcione saber que la exploración aún no ha concluido, aunque sospecho que muchos ya lo imaginabais. Sin embargo, no permitiré que vuestras escudillas, jícaras y ramequines permanezcan vacíos en tanto se culmina mi valerosa cruzada culinaria. 


Magia, casualidad y predestinación

Cangrejo - Stanikowski
Múltiples infusiones han florecido en mis queridas cacerolas rindiendo homenaje a los mitos de mi infancia. Pero debo confesar que sólo en una oportunidad me sentí verdaderamente cerca de obtener un resultado satisfactorio. 

Había comprado cinco cangrejos de mar colosales en una hermosa y pestilente pescadería situada en la zona sur de Madrid. Mi intención era utilizar aquellos crustáceos para dar sabor y ampulosidad a una paella de grandes dimensiones con la cual pretendía impresionar a ciertas personas cuya presencia en mi Circunstancia resultó, a la postre, efímera, improductiva y absurda. 

No recuerdo la excusa que blandieron aquellos amigos míos para finalmente no acudir a la cita (creo que me comentaron algo acerca la muerte de un tucán), pero nunca olvidaré que gracias a aquel desaire ocurrió algo sencillamente mágico. 

No iba a preparar una paella para mí solo, de modo que decidí cocinar los cangrejos en una tradicional salsa de tomate. Picante, por supuesto... 

Preparación de una “Sopa de arrapiezos”:
Crema de cangrejos con arándanos

Elaboré, a tal fin, un sofrito básico: aceite de oliva virgen extra, cebolla y pimiento verde picados en brunoise, tomate rallado y tres guindillas...

Mientras las verduras se cocinaban aproveché para capar los cangrejos. Algunas personas omiten este paso, pero yo lo considero esencial de cara a evitar que nuestro caldito adquiera sabor amargo. Además, qué queréis que os diga, nunca fui partidario de comer órganos genitales ajenos sin la existencia previa de una relación de afecto mutuo.

Castré aquellos seres con todo el rigor de quien conoce la capacidad de estos animales para convertir tal faena en una maniobra de mutilación recíproca. Y entonces, mientras daba la extrema unción a los crustáceos, me sentí obligado a ofrecerles una muerte más honorable. ¿Por qué no sustituir el vino blanco por un buen chorro de brandy? 

Cestita de arándanos - Diluvi.com
Pocos segundos después, el temible Oxyshot había sido descubierto en mi cocina. Con motivo de tal acontecimiento, lo que iba a ser una sencilla salsa se transformó en un suculento consomé. Colé aquel caldo, incorporé un poquito de nata líquida (crema de leche) y unas hebras de azafrán. Busqué en mi despensa cualquier cosa que pudiera ser elemento catalizador de semejante proeza y me di de bruces con una cestita llena de arándanos extremadamente ricos en antocianos, es decir, casi negros...

Mientras degustaba una de las más excelsas sopas que hayan sido confeccionadas volví a sentirme poseído por la nostalgia. El platillo era delicioso, pero alguna vez tendría que incluir huevos de insecto palo en la receta. Ya lo sabéis, soy un sentimental.


2 comentarios:

María Sánchez dijo...

Se me hace la boca agua, sin embargo, quedan algunas dudas por resolver: ¿Los cangrejos se desmenuzan o tan sólo se trocéan? ¿Los arándanos se ponen enteros?
Quiero probarlos.

Antonio del Olmo dijo...

Si los cangrejos son muy carnosos podemos utilizar esa carne picadita para dar consistencia a la sopa, aunque lo suyo es servirlos aparte, presentados como pequeños "txangurros". Los arándanos, en efecto, se ponen enteros; de hecho, la mejor opción es llevarlos a la mesa en un bol independiente, como si fuesen los tropezones de un gazpacho, pues no todo el mundo está preparado para una mezcla tan exótica de sabores.